27.9.09

TEA

Se sintió ahogado por tanta hermosura. Los músculos y pliegues de piel de su cara dibujaron el más perfecto retrato de felicidad. La vista se le tornó borrosa, parpadeó y sintió correr entre todas las gotas frías posadas en su mejilla una gota caliente. Extendió su mano, y vio caer una lágrima en ella, le resultaba incomprensible la idea de que esa pequeña, y simple en esencia, pizca de agua salada contenía esos sentimientos tan complejos en su absoluta simpleza. Hubiera querido guardarla.

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20.9.09

Rockality


Una banda de amigos

La entrada decía que el recital empezaba a partir de las 11:30, pero los primeros acordes de Rockality se escucharon después de las 00:30. Se presentaron en Tabaco, un pequeño sótano en Estados Unidos y Paseo Colón. La gente llegó puntual, no había nadie que sobrara. “Estamos todos”, dijo uno de los amigos. Nicolás en el bajo, Juan Manuel en la guitarra, Marcelo Pini en la batería, Agustín Pane y Alejo Hernández con la trompeta, Santiago Berros con el saxo y Gonzalo Carrizo encargado de la guitarra y la voz, se formaron hace 3 años y son una de las tantas bandas que buscan insertarse en el largo camino del rock.
Abrieron con “Estrellas” y continuaron con “Heart and soul”, “Otra noche más” y “Digan whisky”. Luego de los saludos del cantante entonaron “Hermana Paranoia” y acompañados de los aplausos y gritos del pequeño y familiar público, la noche empezó a tomar color. La sexta canción fue “Más solo que nunca” y dio pie a un cover de Los Ramones: “I wont let it hoppen”. La gente coreó, bailó y gritó. Y como si fuera poco, tocaron un éxito de Charly García: “El fantasma de Canterville”.
Agradecimientos y un silencio repentino fueron los que anticiparon la canción de la noche: “Relojes”. Un grupito de chicos saltaba a escasos metros del escenario, algunos miraban, otros aplaudían y los restantes escuchaban atentos la letra. “Ya llegó”, “Jazz” y “Nieve” fueron casi las últimas. La noche se ponía cada vez más fría pero la banda intentó transmitir todo su calor.
Más y más agradecimientos. Más y más aplausos. Y la banda que no quería terminar y hacía tiempo hablando con la gente de abajo del escenario. Ofrecieron demos, primero a $2, después gratis. “Dale gente, los estamos regalando, pónganse las pilas”, decía Agustín. “La estadía” fue la anteúltima. Poco a poco se iba notando que el grupo ponía más énfasis y que se estaba soltando cada vez más. La canción final explotó: “3,2,1”. La gente volvió a gritar, se escuchó un sinfín de aplausos, la banda se sacó unas fotos y las puertas se abrieron.
Sí, admitan que les dio intriga saber cómo toca Rockality. El que los quiera escuchar puede entrar a www.purevolume.com/rockality y disfrutar 4 de las canciones que incluye su demo.


7.9.09

Hasta acá vine tranquilo, sabiendo esperar

Tumba La Tá junto a Contemporánea Argentina fueron los encargados de abrir la noche del último viernes de agosto en el Teatro de Flores. La entrada decía “Fiesta Latinoamericana” y era de muchos colores. Sonidos extraños hicieron que poco a poco el escaso público comenzara a bailar. Primero con timidez, luego desaforados.
Algo para dejar en el recuerdo fue ver bailar a una chica de saquito verde y vestido floreado. No cabe duda que fue la protagonista de la noche, que llamó la atención de todos los presentes y que supo gesticular su cara para darle miedo a los que estaban en “primera fila”.
Sacando ese llamativo e inolvidable episodio, el telón se cerró, la chica dejó de moverse satánicamente y se bajaron las luces. Comenzó a sonar música y la gente lentamente empezó a ocupar el centro del lugar. Los umbanda se hicieron presentes tiempo después y, como era de esperarse, lograron crear un ambiente llenó de sonrisas y saltos al compás de su música.
Entre cervezas, tragos, cigarrillos y algo más, se pasó la noche. Para sorpresa de todos, el lugar no se llenó, la gente no se amontonó y el público no se abalanzó hacia las tablas cuando apareció en escena La Mancha de Rolando con Vagabundear, del disco Espíritu.
Hacia el sur, Rock del minero y En la calle fueron las que sonaron después. La banda de rock nacida al Sur de Buenos Aires, más precisamente en Avellaneda, tocó varias canciones más: Buscar, Sincera, Chino, Cabrón y Alta suciedad. Su fin no era movilizar a toda la gente del Teatro, ni que los fans coreen sus canciones, ni que cuelguen banderas de los palcos. Eso quedó muy claro. Continuaron con Sequía, En la altura, Carolina, Arde la ciudad, Siempre esperando, Santa María y Mentalidad parroquial. El grupo disfrutó de la madrugada como nadie pudo hacerlo. Antes fue la última canción pero sonó igual que todas las demás. Si su idea era trasmitir paz, lo lograron, como siempre.