Una mirada diferente desde la fatal guerra de 1982
Recorrido por las Malvinas: “Un puerto Argentino, con bandera de otra nación”
La capital isleña no es mucho más que un pueblo que, por un accidente histórico, adquirió un status político totalmente desproporcionado en relación a su tamaño. Como muchos de sus edificios fueron construidos con una mezcla de piedra local y restos de naufragios, la ciudad tiene un extraño encanto.
Todo comienza cuando uno se sumerge en el lugar y observa con sus propios ojos una bandera con los colores del Reino Unido en la parte superior izquierda, y el escudo de las Islas Malvinas centrado en la mitad del paño. Ubicadas en el Océano Atlántico Sur en la plataforma continental sobre el Mar Argentino, las Islas Malvinas dejaron de ser patrimonio nacional en 1982, luego de perder la guerra contra los ingleses, y pasaron a ser un Territorio Británico de Ultramar. “La Argentina va a enfrentar una reiteración del conflicto por Malvinas, que podría ser mucho peor”, manifestó Andrés Cisneros, ex secretario de Relaciones Exteriores, en una nota para el diario Clarín.
Pese a los fuertes vientos que persisten durante todo el año, las Islas son un lugar imposible de visitar con un solo abrigo en el bolso y sin unos buenos zapatos de trekking. Se recomienda conocerlas durante los meses de octubre y abril, ya que además de contar con un clima más cálido, coincide con el retorno de las aves migratorias, las colonias de pingüinos y los elefantes marinos que hacen de la visita más placentera de lo esperada.
La moneda corriente es la libra malvinense, que equivale a la libra esterlina, con circulación de billetes y monedas de similar diseño. El nivel de precios de las Islas es elevado, considerando que las alternativas de elección no son muchas. Los hoteles cuestan entre 30 y 80 dólares por persona, mientras que es posible realizar un camping por 7 dólares por persona.
Los pocos restaurantes con que cuenta Malvinas cobran desde 10 dólares por persona y los mejores se encuentran en los hoteles de Stanley, pero es posible comer en lugares más sencillos por 5 dólares. “La comida tradicional del lugar es el cordero, criado en los establecimientos agrícolas locales. También se encuentra la trucha de mar, acompañada por verduras cultivadas en los invernaderos familiares”, cuenta Mariana Salva, una turista.
Los turistas arriban a Malvinas por vía marítima, ya sea en cruceros o embarcaciones a vela o principalmente en avión desde Santiago de Chile, con escalas en Punta Arena. A través de Lan Chile es posible contratar el viaje desde Londres, Madrid, Miami y los Ángeles. Los medios de trasporte dentro de la isla no se encuentran muy desarrollados: para acceder a los destinos turísticos es posible alquilar un vehículo o los famosos ferrys, que conectan distintos puntos del archipiélago.
“Los requisitos para ingresar a las islas son: pasaporte y visa, pasaje de regreso, fondos suficientes para cubrir gastos y reserva de alojamiento”, cuenta Silvia de Mozo, una agente de viajes. Paralelamente Natasha Niebieskikwiat publicó una nota en el diario Clarín hace unos meses y llegó a la conclusión de que el isleño suele poseer pasaporte británico o de otra nacionalidad, pero que en el futuro sólo los británicos accederán a dicha condición. Un dato algo curioso sobre las Islas es que los turistas residentes en los países pertenecientes al MERCOSUR necesitan portar pasaporte, pero están exentos de requerir visa, y que los ciudadanos de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda pueden permanecer generalmente hasta seis meses sin visa. “Resulta raro que los habitantes de aquellos países tengan privilegios y que los demás no, una cuestión que nadie supo responder”, remata la agente de viajes.
Recorrido por las Malvinas: “Un puerto Argentino, con bandera de otra nación”
La capital isleña no es mucho más que un pueblo que, por un accidente histórico, adquirió un status político totalmente desproporcionado en relación a su tamaño. Como muchos de sus edificios fueron construidos con una mezcla de piedra local y restos de naufragios, la ciudad tiene un extraño encanto.
Todo comienza cuando uno se sumerge en el lugar y observa con sus propios ojos una bandera con los colores del Reino Unido en la parte superior izquierda, y el escudo de las Islas Malvinas centrado en la mitad del paño. Ubicadas en el Océano Atlántico Sur en la plataforma continental sobre el Mar Argentino, las Islas Malvinas dejaron de ser patrimonio nacional en 1982, luego de perder la guerra contra los ingleses, y pasaron a ser un Territorio Británico de Ultramar. “La Argentina va a enfrentar una reiteración del conflicto por Malvinas, que podría ser mucho peor”, manifestó Andrés Cisneros, ex secretario de Relaciones Exteriores, en una nota para el diario Clarín.
Pese a los fuertes vientos que persisten durante todo el año, las Islas son un lugar imposible de visitar con un solo abrigo en el bolso y sin unos buenos zapatos de trekking. Se recomienda conocerlas durante los meses de octubre y abril, ya que además de contar con un clima más cálido, coincide con el retorno de las aves migratorias, las colonias de pingüinos y los elefantes marinos que hacen de la visita más placentera de lo esperada.
La moneda corriente es la libra malvinense, que equivale a la libra esterlina, con circulación de billetes y monedas de similar diseño. El nivel de precios de las Islas es elevado, considerando que las alternativas de elección no son muchas. Los hoteles cuestan entre 30 y 80 dólares por persona, mientras que es posible realizar un camping por 7 dólares por persona.
Los pocos restaurantes con que cuenta Malvinas cobran desde 10 dólares por persona y los mejores se encuentran en los hoteles de Stanley, pero es posible comer en lugares más sencillos por 5 dólares. “La comida tradicional del lugar es el cordero, criado en los establecimientos agrícolas locales. También se encuentra la trucha de mar, acompañada por verduras cultivadas en los invernaderos familiares”, cuenta Mariana Salva, una turista.
Los turistas arriban a Malvinas por vía marítima, ya sea en cruceros o embarcaciones a vela o principalmente en avión desde Santiago de Chile, con escalas en Punta Arena. A través de Lan Chile es posible contratar el viaje desde Londres, Madrid, Miami y los Ángeles. Los medios de trasporte dentro de la isla no se encuentran muy desarrollados: para acceder a los destinos turísticos es posible alquilar un vehículo o los famosos ferrys, que conectan distintos puntos del archipiélago.
“Los requisitos para ingresar a las islas son: pasaporte y visa, pasaje de regreso, fondos suficientes para cubrir gastos y reserva de alojamiento”, cuenta Silvia de Mozo, una agente de viajes. Paralelamente Natasha Niebieskikwiat publicó una nota en el diario Clarín hace unos meses y llegó a la conclusión de que el isleño suele poseer pasaporte británico o de otra nacionalidad, pero que en el futuro sólo los británicos accederán a dicha condición. Un dato algo curioso sobre las Islas es que los turistas residentes en los países pertenecientes al MERCOSUR necesitan portar pasaporte, pero están exentos de requerir visa, y que los ciudadanos de Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda pueden permanecer generalmente hasta seis meses sin visa. “Resulta raro que los habitantes de aquellos países tengan privilegios y que los demás no, una cuestión que nadie supo responder”, remata la agente de viajes.
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